Un cambio generacional: El futuro de la ayuda exterior

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Nota de los autores: Este artículo refleja la información disponible públicamente al 14 de abril de 2025. Las estimaciones de financiamiento futuro están sujetas a cambios en función de los anuncios de los países donadores y de las modificaciones de las propuestas presupuestarias existentes.

Los anuncios recientes de los donadores globales apuntan a una rápida evolución del panorama mundial del desarrollo. Esta evolución podría suponer un cambio generacional en la forma en que se financian y organizan los programas relacionados con el desarrollo. Las reducciones anunciadas a la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) hasta mediados de abril de 2025 equivalen a una disminución de entre $41,000 y $60,000 millones de dólares (entre el 15 y el 22 por ciento) con respecto a 2023, lo que subestima la magnitud del cambio para algunos sectores, ya que, en los últimos años, el enfoque de la ayuda se ha desplazado hacia Ucrania y los refugiados. Además, los próximos anuncios sobre el gasto público y las presiones fiscales podrían dar lugar a nuevas reducciones sustanciales.1 Este cambio radical se produce en un contexto de disminución de los volúmenes de ayuda exterior en los años previos a la pandemia de la COVID-19, y tendrá el mayor impacto en los sectores y países más dependientes de la AOD.

Los programas de salud mundial, en particular, están muy expuestos a las reducciones en la ayuda exterior. Si se excluyen los gastos relacionados con la COVID-19, el análisis de McKinsey sugiere que la AOD destinada a programas de salud se redujo en un 44 por ciento entre 2022 y el estado futuro previsto (de $39,000 a $22,000 millones de dólares).2 Como resultado, algunos programas de salud ya están experimentando disrupciones, como interrupciones en la prestación de la atención y retrasos en la adquisición de suministros esenciales. A medida que las organizaciones se adaptan a este nuevo y cambiante paradigma de la ayuda, es necesario tanto responder al impacto agudo como –de cara al futuro– emprender potencialmente cambios más sistémicos, incluyendo la búsqueda de eficiencias, la movilización de nuevos fondos, la priorización de las inversiones y el rediseño del sistema de desarrollo global para utilizar los recursos disponibles con mayor eficacia.

A pesar de la considerable incertidumbre actual, el sector mundial del desarrollo necesita urgentemente comprender sus posibles opciones y tomar decisiones sobre el mejor camino a seguir. Este artículo busca proporcionar una base analítica factual común que pueda servir de aportación a esas decisiones. El análisis que aquí se presenta es una instantánea de la situación actual, y las organizaciones deben mantenerse al corriente de los anuncios y sus implicaciones a medida que la situación evoluciona. El artículo concluye con cuatro estrategias para preservar y mantener el impacto de los programas en un entorno con recursos limitados. Los líderes y las organizaciones podrían considerar estas estrategias a la hora de abordar los importantes retos que se avecinan.

El impacto potencial de los recientes anuncios de AOD

Para contribuir a una base analítica factual común, hemos llevado a cabo una investigación en profundidad sobre la evolución de la AOD en los últimos años y los posibles efectos de los anuncios recientes en los países receptores y las organizaciones internacionales (vea el recuadro “Nuestra metodología”).

La AOD mundial ha crecido de forma constante en los últimos años

Desde 2018, la AOD total ha aumentado un 6 por ciento interanual, alcanzando $275,000 millones de dólares en 2023 (Gráfica 1). Como porcentaje del producto nacional bruto (PNB) entre los principales donadores, la AOD ha crecido un 5.42 por ciento anual durante el mismo período, alcanzando el 0.42 por ciento del PNB en 2023.3 Sin embargo, esta cifra sigue estando muy por debajo del objetivo de las Naciones Unidas, que es del 0.7 por ciento del PNB.4

Si bien el financiamiento ha aumentado en términos absolutos, la AOD ha representado consistentemente alrededor del 2 por ciento del gasto general de los gobiernos receptores desde el año 2000, en promedio5, lo que subraya su papel como fuente de financiamiento estable y complementaria en la mayoría de los países receptores. Sin embargo, la proporción de la AOD con respecto al gasto interno varía según el país y el sector.

Bélgica, Francia, Países Bajos, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos han anunciado próximas reducciones en sus respectivos presupuestos de ayuda exterior.

Las reducciones de la AOD anunciadas recientemente equivalen a una disminución del 15 al 22 por ciento con respecto a 2023

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En los últimos meses, Bélgica, Francia, Países Bajos, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos han anunciado próximas reducciones en sus respectivos presupuestos de ayuda exterior.6 Estos anuncios equivalen a una reducción estimada de entre $41,000 y $60,000 millones de dólares en la AOD. Esta reducción podría aumentar si se concretan otras propuestas preliminares de recortes de la AOD (por ejemplo, de la Unión Europea).7 A modo de comparación, nuestro análisis muestra que la mayor disminución interanual hasta la fecha –$56,000 millones de dólares en 2007– se debió principalmente a la finalización de programas temporales de alivio de la deuda multisectoriales, con un menor impacto en los programas básicos de desarrollo plurianuales.8 Aunque la reducción prevista de la AOD equivale a un retorno a los niveles de 2020-21, es probable que haya reducciones desproporcionadamente mayores en la ayuda a muchos países de ingresos bajos y moderados (PIBM), ya que las tendencias de gasto de los gobiernos donantes y los anuncios recientes reflejan una reasignación estratégica de la AOD hacia prioridades geopolíticas (por ejemplo, el apoyo a Ucrania) y necesidades de recursos internos (por ejemplo, el apoyo a los refugiados).9

Muchos de los anuncios recientes han citado la directriz de gasto en defensa de la OTAN,10 que especifica que los Estados miembros deben destinar al menos el 2 por ciento de su PIB a la defensa, como justificación para reasignar fondos de la AOD.11 La evolución de las posiciones políticas en otros países del G7 podría dar lugar a nuevas reducciones de la AOD. Queda por ver si otros Estados miembros de la OTAN seguirán su ejemplo, aunque las propuestas provisionales de otros importantes países donadores (por ejemplo, Alemania)12 han indicado que se están considerando reducciones de la AOD.

El efecto de los recortes de financiamiento probablemente variará según el sector

Hoy en día, la AOD facilita el desarrollo en una amplia gama de áreas programáticas. Por ejemplo, ayuda a financiar la respuesta a emergencias agudas y la asistencia humanitaria, el apoyo institucional a largo plazo de los gobiernos, y la adaptación e innovación con visión de futuro en respuesta a las tendencias emergentes (como la transición energética). A medida que las reducciones presupuestarias de alto nivel se traducen en implicaciones concretas para cada partida, los organismos estatales se enfrentarán a difíciles concesiones entre sectores y dentro de ellos.

Los anuncios detallados sobre el presupuesto de ayuda exterior apenas están comenzando a publicarse, y las implicaciones a largo plazo a nivel sectorial siguen siendo, en general, poco claras. Sin embargo, nuestras proyecciones indican que la diferencia entre el financiamiento de la AOD en el futuro y los niveles de financiamiento de 2023 podría variar sustancialmente según el sector, desde el 2 por ciento hasta el 37 por ciento de la referencia (Gráfica 2, partes 1 y 2). Los informes preliminares del gobierno estadounidense, basados en la rescisión de contratos de USAID, muestran un mayor nivel de reducción del financiamiento en sectores como la educación y la energía, así como en el gasto administrativo.

Gráfica 2

Los sectores y subsectores con una alta concentración de financiamiento procedente de unas pocas fuentes de donantes pueden ser especialmente vulnerables; por ejemplo, solo dos donadores aportan más del 50 por ciento de la AOD destinada a la coordinación de la ayuda humanitaria y la asistencia alimentaria de emergencia (subsectores incluidos en la “respuesta a emergencias”). Los sectores con una alta proporción de financiamiento multilateral también pueden enfrentarse a reducciones sustanciales de financiamiento, dependiendo de cómo se distribuyan las reducciones de la AOD entre los distintos canales. Por ejemplo, los servicios de agua, saneamiento e higiene; la agricultura y la alimentación, y la salud reciben al menos el 30 por ciento de la AOD que se les asigna de forma multilateral. Es probable que las iniciativas relacionadas con el clima también se vean afectadas de manera significativa: los 20 principales receptores de AOD destinada a objetivos relacionados con el clima recibieron, en promedio, el 72 por ciento de la AOD de donadores bilaterales de la OTAN en 2023.13

Las reducciones de la AOD también afectarán gravemente a las organizaciones multilaterales

Las organizaciones multilaterales son un canal fundamental para el financiamiento de los países donadores y pueden enfrentarse a dificultades financieras si la AOD se reduce de forma generalizada. Por ejemplo, los Estados miembros de la OTAN representaron el 52 por ciento de las contribuciones a las nueve agencias más grandes de la ONU en 2023 (Gráfica 3). Algunas de estas agencias ya han comenzado a suspender programas y cerrar oficinas en previsión de las reducciones de ingresos.14 Los efectos secundarios y terciarios previstos —incluidas las respuestas de otros países donantes, financiadores privados, socios de la sociedad civil y gobiernos receptores— se suman a la incertidumbre actual. Las rondas de recapitalización multilateral en 2025-26 podrían ofrecer las primeras señales sobre la dirección a largo plazo de la AOD multilateral.15

Una mirada más profunda a las implicaciones de las reducciones de la AOD en la salud mundial

Vale la pena examinar con más detalle las posibles implicaciones de los recortes de la AOD en la salud mundial, dado el nivel de exposición de los programas de salud mundial al financiamiento de la AOD y la gravedad de los peores escenarios relacionados con la eliminación o el colapso de los bienes públicos financiados por la AOD.

Los programas de salud mundial están altamente expuestos a las reducciones de la AOD

Se estima que el 18 por ciento de la Asistencia al Desarrollo para la Salud (ADS) está en riesgo de ser retirada, según los anuncios actuales de los donadores (Gráfica 4, partes 1 y 2). El impacto de estas retiradas de fondos podría verse exacerbado por la concentración de las fuentes de financiamiento en áreas programáticas específicas. Por ejemplo, el gobierno estadounidense proporciona más del 35 por ciento de la ADS para programas de lucha contra el VIH y la malaria, así como para la planificación familiar en los países receptores.16 Informes recientes del gobierno estadounidense indican recortes significativos en estos sectores, con una reducción a cero del financiamiento destinado a los programas gestionados por USAID y el Departamento de Estado para enfermedades tropicales desatendidas, vacunas infantiles y salud materno-infantil.17 Las contribuciones de donadores privados, aunque significativas, representan una proporción mucho menor del total de la ADS, con un 21 por ciento.

Gráfica 4

Las posibles consecuencias de las rápidas reducciones de la AOD ya se están haciendo evidentes. Los programas de salud mundial están sufriendo disrupciones inmediatas, como retrasos en la adquisición de suministros esenciales, interrupciones en la prestación de atención médica, cierres de proyectos de investigación y desarrollo, y pérdida de capacidad de gestión de programas.18

Existe una variación significativa en la vulnerabilidad de los países a los cambios en la AOD

La exposición de los países a las reducciones de la AOD varía considerablemente en función de la dependencia de cada nación de la AOD para el gasto total en salud (Gráfica 5). Treinta y dos países reciben una cantidad de AOD relacionada con la salud equivalente a más del 25 por ciento del gasto sanitario total nacional. Estos países enfrentan una mayor vulnerabilidad fiscal debido a la magnitud de la AOD sanitaria en relación con el gasto en salud gubernamental interno y el gasto privado o de bolsillo.

En estos países altamente expuestos, cerrar las brechas de financiamiento creadas por los anuncios actuales de los donadores requeriría una reposición equivalente a hasta el 118 por ciento del gasto público nacional en salud (Gráfica 6). Movilizar recursos de esta magnitud sería especialmente difícil para los países con sobreendeudamiento o con alto riesgo de sobreendeudamiento, que representan la mayoría de los que se muestran en la Gráfica 6.19 Por lo tanto, los países más dependientes de la AOD también son los peor posicionados para responder a reducciones drásticas de la AOD, lo que exacerba la probabilidad de graves impactos en la salud.

Los efectos finales de las reducciones de la AOD variarán en función de factores como la carga de enfermedad, la combinación actual de fuentes de financiamiento y la capacidad de respuesta de los recursos nacionales e internacionales.

Posibles caminos a seguir para el ecosistema global de desarrollo

En un contexto marcado por los cambios en el financiamiento y la incertidumbre asociada, los líderes de los países y las organizaciones podrían tener que trazar nuevos caminos para cumplir sus misiones y lograr el impacto deseado.

El primer paso para las partes interesadas del desarrollo global será comprender mejor el posible impacto de las reducciones de la AOD en sus respectivos contextos. La modelización de escenarios puede ayudar a las partes interesadas a proyectar los impactos programáticos y geográficos de estos cambios, lo que servirá de base para la toma de decisiones estratégicas. Un enfoque consistiría en analizar los posibles escenarios de financiamiento a nivel de los programas, traduciendo las reducciones de financiamiento en reducciones del volumen de las intervenciones (como los tratamientos médicos administrados y los productos sanitarios entregados) sobre la base de los presupuestos y los resultados históricos de los programas de salud mundial. A continuación, los impactos en la salud (por ejemplo, los años de vida ajustados por discapacidad) podrían modelarse aplicando estimaciones de eficacia a nivel de intervención obtenidas de estudios científicos.

Si bien es necesario adoptar medidas rápidas a corto plazo, también será fundamental elaborar planes estratégicos a más largo plazo, dado que el panorama de la AOD sigue evolucionando. Las partes interesadas del desarrollo global pueden considerar las cuatro palancas estratégicas que se indican a continuación a la hora de reforzar la resiliencia frente a la incertidumbre y planificar el nuevo paradigma de la AOD que se perfilará en los próximos años.

1. Aprovechar las eficiencias en el diseño y la ejecución de los programas

Las partes interesadas pueden considerar las siguientes acciones:

  • Realizar análisis presupuestarios cleansheet o “basados en cero”20 para identificar los costos mínimos requeridos para lograr los resultados actuales de los programas.
  • Optimizar las cadenas de adquisición y suministro para negociar precios más bajos de los productos básicos y reducir el desperdicio.
  • Integrar sistemas y aprovechar plataformas comunes de entrega para minimizar el gasto duplicado.
  • Invertir en la transformación digital para reducir los costos a largo plazo y mejorar la calidad y la puntualidad de los datos.

2. Movilizar recursos

Las partes interesadas pueden considerar la posibilidad de involucrar a financiadores —incluidos los ministerios de finanzas y donantes no tradicionales, como los actores del sector privado— para obtener recursos adicionales. En algunos casos, podría ser el momento de considerar modelos en los que los consumidores locales que puedan hacerlo paguen por los productos y servicios, como una forma de ampliar el alcance de los recursos de los donantes.

3. Reordenar las prioridades de los programas y las inversiones

Las partes interesadas pueden considerar la posibilidad de evaluar las prioridades programáticas para dar prioridad a las iniciativas con un alto retorno de la inversión (return on investment, o ROI) y reasignar los recursos a las áreas de mayor necesidad. También pueden centrarse en la adicionalidad, dando prioridad a las iniciativas que otras pocas fuentes de financiamiento u organizaciones pueden o están dispuestas a apoyar.

A la hora de determinar qué programas e inversiones deben priorizarse, los países y las organizaciones pueden considerar si cada elemento cumple los siguientes criterios:

  • Impacto programático importante: Iniciativas que ofrecen intervenciones a gran escala y altamente efectivas con un impacto positivo significativo.
  • Alta urgencia: Programas con impacto inmediato en servicios que salvan vidas.
  • Apoyo a los grupos vulnerables: Esfuerzos que protegen o llegan de manera específica a las poblaciones vulnerables, como las descritas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (por ejemplo, los refugiados o las personas con discapacidad).
  • Habilitación de la funcionalidad básica: Programas que permiten la ejecución eficiente de múltiples iniciativas en distintas áreas de enfermedad y geografías
  • Altamente especializado: Iniciativas que requieren conocimientos, infraestructura o activos específicos que son difíciles de replicar.
  • Potencial catalítico: Programas que puedan movilizar recursos adicionales o desbloquear un cambio sistémico más amplio.

4. Reestructurar el ecosistema global de desarrollo

Las partes interesadas pueden considerar la posibilidad de explorar asociaciones o fusiones entre programas, departamentos y organizaciones internacionales para reducir la duplicación de esfuerzos y mejorar la eficiencia operativa. También pueden considerar un rediseño más integral del sistema utilizando un enfoque de base cero para alinear la infraestructura de desarrollo con un conjunto renovado de objetivos claros. Como parte de este rediseño del sistema, las partes interesadas podrían considerar la posibilidad de buscar soluciones en todos los sectores, incluido el privado.


Las reducciones previstas en la AOD representan un momento crucial para el ecosistema mundial de desarrollo. A pesar de la incertidumbre actual, puede ser una oportunidad para que las partes interesadas reinventen los enfoques de ejecución de programas y construyan sistemas más resilientes. Con planeación estratégica y colaboración, los países y las organizaciones pueden navegar por el cambiante panorama de la AOD para seguir generando un impacto positivo en las comunidades a las que sirven.

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